El dios Frey, San Bonifacio y el origen del árbol de Navidad

La Navidad es tiempo de cuentos y leyendas, de tradiciones y ritos. Uno de los más importantes símbolos de la Navidad es sin duda el árbol y pareciera que, de entre todos los adornos, es el menos religioso, pero no es así. Hoy te cuento desde cuándo adornamos un abeto o pino en diciembre y por qué. Te vas a sorprender!

Si os gustan las series seguramente habéis visto “Juego de Tronos” y os suena la frase “Winter is coming”. En invierno los días son más cortos, las horas de oscuridad son más y hay que abastecerse para las tardes de frío en casa… Así es ahora y así era en la antigüedad. Y ese punto de inflexión lo marca el solsticio de invierno, que en el hemisferio norte arranca el 21 de diciembre y en el sur el 21 de junio. Es del norte de donde vienen todas estas tradiciones y ritos navideños, por eso, aún en países como Chile, en donde en esta época hace mucho calor, la Navidad se adorna con muñecos de nieve, renos y abetos.

El solsticio de invierno siempre fue una fecha importante para antiguas civilizaciones, como la romana, la inca, la azteca y, en especial, la escandinava. Los vikingos celebraban el día 26 de diciembre el nacimiento de Frey, el dios del sol y de la lluvia y señor de la vegetación. Era un dios muy venerado y su nacimiento simbolizaba para los nórdicos el triunfo de la luz sobre las tinieblas, por eso, cada año para conmemorarlo adornaban un árbol de hoja perenne al que llamaban Yggdrasil o árbol del Universo. Este árbol, de forma puntiaguda, la copa apunta a Assgard, donde moran los dioses y al Valhalla, el palacio de Odin; mientras sus raíces se hunden en el Helheim, el reino de los muertos.

Cuentan que en el Siglo VIII un obispo inglés conocido como San Bonifacio marchó a Alemania a predicar la fe cristiana. Se encontró, después de un arduo trabajo de evangelización, que los alemanes seguían idolatrando este árbol pagano de Frey y Odin. Según la leyenda, preso de la desesperación y la rabia, el obispo agarró un hacha y lo derribó.

Representación gráfica de San Bonifacio talando un roble.
https://images.teinteresa.es/religion/San-Bonifacio-posible-costumbre-Navidad_TINIMA20141218_0730_21.jpg

De repente, sopló un fuerte viento que arrasó todo lo que había alrededor, excepto un abeto. Un pequeño pino que San Bonifacio y los alemanes vieron como un símbolo de la bondad y el inmenso amor de Dios. El obispo lo tomó como una señal y decidió adornarlo con manzanas, que representan para los cristianos la tentación, y con velas, un símbolo de la luz que Cristo trae al mundo al nacer. La fecha del nacimiento de Frey se convirtió en la del nacimiento de Jesús (aunque ésta es sólo una de las interpretaciones de por qué celebramos la Navidad el 25 de diciembre).

El abeto o pino de Navidad es además un árbol que, aún bajo las más frías heladas del invierno, se mantiene verde y frondoso, convirtiéndose en un símbolo de vida y esperanza. Su forma triangular se ha interpretado como la Santísima Trinidad, que además apunta al cielo.

Durante la evangelización se adoptaron y reinterpretaron costumbres paganas. La Navidad puede ser un buen momento para comprender mejor nuestras tradiciones y ritos. Los adornos son importantes y cada uno tiene un significado, en el próximo post te lo contamos!

Decoración | Homy
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