Hace 30 años que se estrenó en los cines del mundo la película África mía. Es probable que, a pesar de los años, sea la escenografía de esa película lo que más imaginamos cuando pensamos en un look Colonial Británico o, como llamamos por estos días el Nuevo Colonial.
Sin embargo el Imperio Británico no sólo tuvo colonias en África, también en América, Asia y Oceanía. Y de hecho, hacia finales del Siglo XIX el Imperio dominaba una cuarta parte del mundo. Se prolongó hasta 1949 y ha sido el imperio más extenso de la historia. Su años de mayor auge, entre 1815 y 1914, también conocidos como el Siglo Imperial, coinciden en su mayor parte con la regencia de la Reina Victoria (1837 – 1901).
Durante la época Victoriana el Reino Unido llegó a la cúspide de su revolución industrial; se potenció la tecnología, se ampliaron las redes comerciales y se extendió el idioma mientras aumentaba el poder político y militar del gobierno. Todo aquello incrementó el poderío económico de los británicos, que refinaron su gusto por los materiales nobles y la decoración.
Los colonos, en sus travesías, se llevaban algunos de estos muebles y adornos de estilo inglés cuando dejaban la metrópoli. Muchos se estropeaban a causa de la humedad del clima tropical de los nuevos territorios o las altas temperaturas y se mandaban reparar o replicar por artesanos locales. Poco a poco estos artesanos fueron incorporando materiales autóctonos según la zona, como la teka, el ébano, el marfil o el ratán e incluyendo diseños típicos locales. Crearon así fusiones con estilos tan distintos como el africano o el indio. Toda esa estética, que une el clasicismo inglés con el exotismo de las colonias, se bautizó como Estilo Colonial Británico o BCSD, por sus siglas en inglés (British Colonial Style and Decor).
Hay ciertos detalles característicos de este estilo: los espacios amplios y abiertos, las maderas nobles, tanto en muebles como en pisos; los cielos altos; las grandes puertas y ventanas o las terrazas con enormes arcadas que te presentan un frondoso jardín.
Y estarás pensando… ¿cómo adapto yo todo eso a la decoración de mi departamento? Es muy probable que la mayoría no tenga una casa con estos espacios y materiales, ¡pero no importa! Porque en este estilo son muy importantes los adornos y los detalles y con pocas lucas puedes darle un aire colonial a cualquier espacio de tu casa. Si no tienes mucho presupuesto el mayor desafío serán los muebles. Te recomiendo que rescates alguno antiguo y lo restaures. Recuerda que la madera debe quedar oscura. Con un efecto envejecido conseguirás el look. Las sillas con asiento de ratán o mimbre y las mecedoras aportarán mucho también. Para los demás detalles fíjate en estos consejos:
1.- Utiliza el color blanco o una paleta clara en tus muros. Para conseguir este look es muy importante que los muros tengan colores neutros y sobre todo que estén todos pintados del mismo color, es decir, que no haya tres muros blancos y de repente uno gris.
2.- Elige materiales naturales y que evoquen lo rústico o lo natural. Puedes utilizar alfombras de fibra de sisal tejida o de ratán, cestos de mimbre y persianas de caña o bambú. Para cojines, frazadas o chales también. Materiales como el cuero, el lino o la seda te darán el toque perfecto.
3.- ¡Llénate de plantas! En las colonias había una gran afición por la botánica y se cultivaban plantas tanto dentro como fuera de casa. A tu look colonial no le puede faltar una frondosa palmera natural o un arbusto tropical. También pueden estar en el print de tus textiles, como tapicerías o cojines, e incluso puedes utilizar láminas botánicas para enmarcar y decorar tus muros. No olvides algún jarrón de cristal con flores frescas que aporten color.
4.- Los accesorios exóticos o de viajes te darán el toque definitivo. Este look evoca aventuras, por eso los objetos inspirados en decoraciones típicas de cada zona, como jarrones o en artesanías africanas o asiáticas y las pieles sintéticas que imiten a las de animales, aportarán mucho. También todo lo que evoque viajes como mapas, bolas del mundo, brújulas navales, telescopios o incluso baúles, eso sí, recuerda que tenga un aire antiguo.
En esta decoración también son bienvenidos los libros con tapas antiguas ¡Y no te olvides de las velas! En las casas coloniales eran imprescindibles porque los apagones eléctricos eran muy comunes.
5.- ¿Quieres un plus para rematar el look perfecto? Atrévete con ventiladores de madera y lámparas con cristal, las Bell Jar son perfectas pero cualquiera de estilo antiguo te servirá.