¡Los futones la llevan! Todo el mundo está hablando de ellos últimamente. Y es que con los departamentos cada vez más pequeños necesitamos muebles funcionales, que sirvan para más de una cosa y que además ojalá puedan adaptarse a distintos ambientes o decoraciones por si queremos cambiarlos de un espacio a otro cada cierto tiempo.
El futón encaja perfectamente en esta descripción, pero hay algunas cuestiones importantes a tener a tener cuenta antes de elegir un futón porque ¡ojo! No son todos iguales.
Lo primero a considerar es que existen dos tipos de futones. El original y genuino es una cama tradicional japonesa que consiste en una especie de colchón de algodón, de unos 5 cms de altura, que se coloca directamente sobre el suelo para dormir. De hecho, la palabra “futón” significa “cama” en japonés. Durante el día el colchón se airea, se enrolla y se guarda en un closet para que la pieza se pueda utilizar para otras cosas.
A principios de los años 80, en Estados Unidos, un diseñador llamado William Brouwer, que buscaba formas de optimizar los espacios en su pequeño apartamento, le construyó una estructura de madera al futón japonés. El mecanismo permitía que el mueble se convirtiera en una butaca y en una cama.
La cama de Brouwer fue el primer modelo de lo que hoy se conoce como futón occidental. Treinta años más tarde sigue cumpliendo la premisa de ser funcional y optimizador de espacios, por eso que cada día se utiliza más para decorar en todo el mundo ¡además hay tantos diseños diferentes! Si necesitas ayuda para elegir el tuyo tal vez te sirva hacerte estas tres preguntas:
¿Para qué lo vas a usar?
Obviamente si estás buscando un futón es porque tienes idea de utilizarlo en algún momento para alojar invitados. Sin embargo es importante evaluar con qué frecuencia va a ser cama y con qué frecuencia será sofá. Dependiendo de la función principal que tú establezcas tendrás que elegir un futón con unas características u otras. Si quieres que tu futón sea principalmente un sofá puedes elegir, por ejemplo, un diseño tipo capitone o que tenga apoyabrazos para que resulte más confortable a la hora de sentarse.
Sin embargo, si va cumplir principalmente la función de cama, conviene buscar un futón con estructura sólida y cómoda para descansar mejor, que tenga láminas en la parte de debajo y un relleno acolchado, no muy duro.
¿Dónde lo vas a poner?
El futón se puede instalar en cualquier lugar de la casa, desde el living hasta el dormitorio de los niños pasando incluso por el hall de entrada.
Depende de dónde estés pensando colocarlo tendrás que considerar sobre todo dos cosas: el tamaño y el color. Si quieres tener la libertad de mover tu futón de una habitación a otra te aconsejo que te decantes por colores neutros que sea fáciles de combinar, como la gama de los blancos, negros o grises. Siempre puedes darle vida con unos cojines entretenidos o incluso con una funda o una frazada.
Para muchas personas los futones son simplemente muebles utilitarios, sin embargo no tiene por qué ser así. Hay futones con mucho estilo, con diseños muy cuidados y con colores atrevidos que los convierten en el centro de las miradas, ¿por qué no? Si no mira éste:
¿Quieres un mueble temporal o para toda la vida?
Tu futón puede convertirse en una pieza base de tu mobiliario y acompañarte durante muchos años. Elige estampados más sencillos, atemporales para que sean fáciles de combinar y no pasen de moda. También prefiere materiales sólidos y duraderos, como la madera o el cuero.
Si por el contrario buscas la funcionalidad temporal, es decir, un futón que te sirva para sacarte de un apuro, elige opciones más sencillas, neutras y económicas, que usen materiales más ligeros, como el aluminio y los textiles sintéticos. También te puedes atrever un poco más con los estampados y los colores.
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