Hagamos un picnic

Sabías que…? Hacemos picnics desde hace más de 600 años! Algunos dicen que es una costumbre que heredamos de los cazadores, que se llevaban comida para sus largas horas en el campo; otros que proviene de los altos en el camino que se hacían para almorzar durante los viajes en la Edad Media.

Después de aquellos orígenes y durante algún tiempo sólo la aristocracia se daba el lujo de almorzar rodeada de naturaleza. Tanto es así, que en 1861 se edita un libro (que hoy está considerado como uno de los pilares de la gastronomía inglesa) titulado Mrs. Beeton’s Book of Hosehold Management y que dedica uno de sus capítulos a detallar las instrucciones para preparar un buen picnic.

Pero, de dónde viene la palabra? Sabemos que, obviamente, no es una palabra del castellano, es más, ni siquiera está recogida en la RAE. Picnic es una adaptación al inglés de la palabra francesa compuesta pique-nique, que significa algo así como “picar una cosa poca”.

Durante siglos y hasta nuestros días comer al aire libre se ha considerado un placer que el arte ha reflejado en distintos formatos. Por supuesto en escenas de cine, pero sobre todo en la pintura. Grandes genios como Manet o Botero se tentaron de plasmar una jornada de picnic. Tal vez porque comer sobre el pasto nos pone en conexión con nuestra propia naturaleza, con nuestro lado más primario, porque nos evoca libertad pero a la vez una estrecha unión con las personas con las que compartimos.

En Santiago hay hermosos lugares para hacer picnic. En el centro están las laderas de pasto del Cerro Santa Lucía y las sombras de los árboles centenarios del Parque Forestal. También en el Cerro San Cristóbal se encuentran hermosas ubicaciones, mi favorita es el jardín japonés! Aunque mi spot ideal es el Parque de las Esculturas! Adoro las vistas y además hay mucha gente joven. Para acampar entre semana el Parque Quinta Normal es una buena opción y los fines de semana siempre hay buen ambiente familiar en el Parque Bicentenario y en el Parque Araucano. También están el Parque O’Higgins, el Padre Hurtado, el Inés de Suárez… Un sin fin de alternativas en distintos puntos de la capital!

Y como el picnic es una tradición europea muy arraigada en Francia y en el Reino Unido te dejo un par de tips para que le des un aire clásico a tu próximo almuerzo campestre:

Para el toque inglés: no te pueden faltar sándwiches de salmón con pepino y roastbeef. Ojalá algún pastel o galletas para el postre.

Para el toque francés: pan – queso – vino, esas son las tres palabras mágicas, los tres elementos indispensables. Ya en el Siglo XIX se dijo en un tratado de gastronomía francesa que una comida sin queso es como una mujer hermosa sin un ojo! Si le quieres dar el toque definitivo lleva el clásico mantel de cuadros rojos y blancos, que se llama mantel de Vichy, porque proviene de la ciudad del mismo nombre que está ubicada en el centro de Francia.

Ahora que tienes todas las claves, prepara una buena cesta y a disfrutar del buen tiempo! Bon apetit!

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