Debo confesarles que cada cierto tiempo sufro de serias obsesiones decorativas. En algún minuto fueron las lámparas industriales, los muebles estilo sónico, y hace no mucho los carros bar. Por estos días, mi locura de amor es por las bancas o banquetas.
Así, tal cual.
Las bancas son de esos muebles que siempre fueron relegados al jardín. Los asociamos a las plazas, el patio, pero nunca a los interiores. Pues bien, déjenme decirles que desde hace un tiempo estas chiquillas se están transformando en tendencia y no dejan de aparecer en revistas de decoración, sitios webs y programas de diseño.
Si lo piensan bien, las banquetas son muy versátiles, nos sirven no sólo como asiento, sino que además como mesas de apoyo y repisas. Las más comunes son de madera, pero también las pueden encontrar en plástico, acrílico y fierro.
Y si aún no te he convencido de que debes ir directo por una banqueta, acá te propongo algunos usos.
Puedes poner una banqueta a los pies de tu cama. Además de darle una toque acogedor, te servirá para poner mantas y cojines.
Casi siempre se asocia a las bancas con los comedores de diario. ¿Qué tal si te animas con una para el comedor formal?
Una banqueta en la entrada dará la bienvenida a tus invitados.
Las bancas sin respaldo pueden ser la solución para balcones pequeños. No ocupan mucho espacio y permiten que varias personas se sienten a la vez.
Si tienes un “espacio muerto” en tu casa, puedes crear un área de lectura. Pon una banqueta con cojines y mantas junto a una ventana y te aseguro que no querrás levantarte más de ahí.
¿Por qué ocupar la banca sólo como asiento? Puedes usarlas como mesa de apoyo o incluso mesa de centro. Juega con los muebles y rompe los esquemas.
Apuesto que después de ver estas fotos quedaron tan locamente enamorados de las banquetas como yo.
Cariños,
Cony