Flores artificiales, una tradición ancestral que sigue de moda

Hoy en día las flores artificiales están tan elaboradas que a veces hay que tocarlas para saber si son de verdad o no. En Homy tenemos una cuidada selección a las que sólo les falta el aroma! Son un toque que le da vida y color a un espacio en cualquier parte de tu casa, por eso hoy queremos contarte la historia de las flores artificiales y a cuándo se remontan en el tiempo. Te vas a sorprender!

Ramo Peonia Surtidos | Homy

Las flores naturales son un regalo recurrente con el que nunca te equivocas. No importa si las entregas en maceta o cortadas, sirven para dar las gracias, pedir perdón, desear una pronta recuperación, expresar condolencias o dar la bienvenida a un nuevo miembro de la familia. Y tal vez esas sean las pocas ocasiones en la que una flor artificial no pueda sustituir a una natural. Pero en lo que a decoración se refiere las flores artificiales son un reemplazo perfecto y sobre todo duradero.

Flor gerbera jumbo orange | Homy

Está bien, reconozcamos que unas están mucho más elaboradas que otras. También que, según el material del que estén hechas son más o menos llamativas y apetecibles. Seguro que has visto de todo, especialmente en los últimos años, pero... adivinas en qué país empezaron a hacerse flores artificiales? Y en qué época? Te doy unos segundos para pensarlo...

Tiempo! Pues bien, como seguramente habrás adivinado el primer país en producir flores artificiales fue China, aunque también se han encontrado evidencias de arreglos artificiales en el antiguo Egipto, mucho antes de Cristo. Los chinos utilizaban pequeños trozos de seda y papel de arroz para sus extravagantes arreglos, que luego colocaban en ceremonias y también en sus casas. Los egipcios preferían flores naturales para sus ceremonias. Elegían el tipo de flor según la ocasión, por ejemplo, el lirio se asociaba a la Diosa Isis y se incluía en sus ofrendas. Sin embargo también se han encontrado trazos de flores artificiales hechas con finas lascas de hueso teñidas de forma natural o bañadas en oro, plata o cobre.

Un poco más tarde también los romanos empezaron a imitar flores. Ellos utilizaban cera y según algunos escritos eran absolutamente perfectas, tanto que parecían reales. Para los romanos las flores eran una muestra de lujo y poderío y por eso también se usaban como recompensa. Cuentan que Crassus, uno de los transformadores de la República en el gran Imperio Romano, solía entregar a los vencedores de los juegos una corona hecha con hojas de oro y plata.

Tal vez de aquellos tiempos heredaron los italianos su habilidad, porque varios siglos más tarde, sobre los años 1100, fueron los grandes maestros del arte floral artificial, usando capullos de gusanos de seda teñidos. Los italianos fueron los primeros en comercializar este arte y sus técnicas se expandieron por Europa donde, ya en el Siglo XIV, también fueron muy célebres los arreglistas ingleses y franceses. Precisamente los ingleses, en su colonización, introdujeron este arte en América del norte. Mientras, en América del sur los nativos se inspiraban en el plumaje de las aves para crear sus flores.

De las épocas que siguieron tenemos que destacar el auge en tiempos victorianos, conocidos por sus ornamentos y decoraciones recargadas. Las flores en ese entonces empezaron a hacerse de refinados materiales como la muselina, la gasa, el terciopelo o el satén.

Volvemos a Asia, donde las flores siempre han tenido un simbolismo importante. Para budistas, taoístas y maoístas, las plantas tienen propósitos medicinalesy una gran trascendencia religiosa. Se cree que pudo ser en China donde se originó el Ikebana, o arte de arreglar flores, en el que cada flor o planta adquiere un significado simbólico: el bambú, la longevidad; la orquídea, la fertilidad; la peonía, el honor; etc. Este arte es muy importante en Japón donde consideran que es una disciplina que une a la naturaleza con el hombre. Los artistas de Ikebana, muy respetados y admirados, trabajan siempre en silencio y le dan a cada arreglo un significado.