Por estos días hay que vestir muchas mesas, además de las que tendremos que preparar para Nochebuena, Navidad y Año Nuevo. Y es que, en esta época, hay visitas inesperadas y lindos reencuentros que bien merecen una mesa arreglada y acogedora.
Aquí tienes algunas claves para que las que decores se vean siempre fabulosas:
1. Una vajilla coordinada
No hace falta que todos los platos sean del mismo juego, pero sí que todos los colores o estampados tengan una sintonía.
Decide la vajilla en función de la ocasión, por ejemplo, con algo de brillo y sofisticación para el almuerzo de Navidad o con unos motivos campestres y naturales para una oncecita en la terraza con amigas.
A mi me gusta innovar y aplicar vajillas sorprendentes y algo locas, como esta, completamente transparente.
Me fascina el efecto en los platos presentados, porque la comida gana un protagonismo total y, cuando aún no está servida, la loza cede paso a los cubiertos y la decoración, entregándoles un halo de magia.
2. Chao a los cubiertos estándar
Todos tenemos en casa una cubertería de esas sencillas, metálicas, que sirven tanto para comerse un yogurt a media tarde como una orden de comida china a domicilio. Pero para tus eventos más formales o trabajados conviene tener unos cubiertos más entretenidos, que acompañen con soltura a tu vajilla y que tengan personalidad.
Porque sí, aunque parezcan menos relevantes ¡nos fijamos en ellos! Al fin y al cabo, son tus herramientas para comer y, si les das un poco de protagonismo, verás resultados inmediatos.
3. Decoración para conseguir vida
Lo que consigue que una mesa tenga ese efecto ¡WOW! es la decoración. Desde el mantel hasta los centros y complementos que elijas, ayudan.
Con muy pocos elementos puedes darle una temática, personalizarla y vestirla para que, nada más verla, tus invitados ya se sientan regaloneados.
Así como cuando compras un regalo y lo envuelves para entregarlo, adornar tu mesa con cariño es la mejor forma de presentar los platos que, con esmero, has preparado para tus invitados ¡más en estas fechas! Y recuerda que cualquier ocasión es buena, desde un desayuno hasta una oncecita, ¿te animas?