Todos sabemos que, a la hora de amoblar una casa, hay algunos elementos que requieren una atención especial. Por lo general son dos: la cama y el sofá. Sin embargo para mí hay un tercero en discordia, que tiene mucha más importancia de la que le damos a priori: la mesa de centro.
Y es que en lo que respecta a este tema hay un abanico tan grande de posibilidades que parece que cualquier opción es buena. Sin embargo, si ya te has enfrentado alguna vez a la tarea de escoger una mesa de centro para tu living, seguro que sabes que es una decisión mucho más compleja de lo que puede parecer. Primero, porque es un complemento indispensable para tu sofá (también tenemos algunos consejos para elegirlo), también porque es un mueble funcional (además de decorativo) y por último, por su situación privilegiada: el centro de tu living.
No hay una mesa de centro perfecta por definición, aunque hay un factor diferenciador, lo que hace que una mesa se convierta en la ideal para ti. Y esa condición sine qua non es que se adapte a la dinámica de tu casa. Por ejemplo, si tienes niños, seguramente necesitarás una mesa de centro redonda, que no sea de vidrio y que tenga espacio de almacenamiento. Pero si eres soltera, vives sola y amas el diseño, tal vez puedas darte el gusto de tener una mesa angulosa de patas metálicas irregulares y encimera de mármol.
EL MATERIAL
El material de tu mesa de centro va determinar su durabilidad.
Madera - Madera metal - Vidrio madera - Metal - Vidrio metal
Si quieres una mesa que aguante bien el paso de los años y de las modas, decídete por un básico de buena madera sólida. Si prefieres algo más de tendencia, los metales o los vidrios son una buena alternativa. El cristal es también perfecto si no quieres que tu mesa ocupe mucho espacio visual. Te dará mayor amplitud y además te permitirá exhibir tus alfombras.
Para darle a tu decoración un toque un poco más exótico y diferente, elige un material flexible como el bambú, por ejemplo.
FORMAS Y TIPOS
Hoy puedes encontrar mesas de centro para todos los gustos: ovaladas, hexagonales, asimétricas… Sin embargo, los clásicos infalibles siguen siendo las mesas redondas y, sobre todo, las rectangulares.
Independiente de la forma que tenga, y aunque la sigamos llamando “mesa de centro”, no tiene por qué ser un solo elemento (en singular), y tampoco tiene por qué ser necesariamente una mesa. Aquí tienes algunos ejemplos que funcionan muy bien:
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El almacenaje y los estantes nunca sobran
Multifunción, cuando cada metro cuenta
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TAMAÑO: MEDIDAS Y DISTANCIAS
Como siempre, las medidas son indispensables para que el resultado final sea armónico y práctico. Hay un truco sencillo para saber si la mesa de centro que quieres va a quedar bien en tu living. Sólo necesitas cinta adhesiva y las medidas de la mesa (o mesas). Dibújala en el piso, delante del sofá, en el punto exacto en el que la colocarías. Después intenta imaginarte el volumen y el espacio visual que ocupará. Aquí algunos datos prácticos para que tengas en cuenta:
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Después, solo te queda decorarla. ¿Quieres ver algunos consejos para eso?