Seguro que llevas un tiempo viéndolas por todas partes, y es que las alfombras Shaggy se han ganado un espacio en decoración. Encajan en cualquier estilo, y, sobre todo, entregan ese toque cálido y acogedor tan apetecido, especialmente ahora que hace tanto frío y los interiores se vuelven protagonistas de los planes.
Las alfombras Shaggy se llaman así porque sus fibras o pelos son más largos de lo habitual. Cumplen las mismas funciones que otras alfombras, pero suman algunas ventajas, entre ellas que son mucho más abrigadoras. Esponjosas y mullidas, también son perfectas para tenderse a ver tele o sentarse a jugar con niños. Eso sí, requieren un poco más de mantenimiento, porque entre sus pelos se acumula más polvo, así que recuerda pasar la aspiradora con frecuencia.
Aunque quedan bien en casi toda la casa, yo prefiero evitarlas en recibidores y pasillos, porque son espacios demasiado transitados, y también en comedores, porque es inevitable que se caiga alguna miga de pan (o algo más…). Mis lugares favoritos para instalar las Shaggy son las piezas en las que se descansa y se comparte. ¡Es donde les puedes sacar el máximo partido!
En el living
Para acomodarte en el suelo, andar sin zapatos, jugar con los niños… El living es el lugar de la casa en el que una alfombra Shaggy luce en todo su esplendor.
Si te encanta tu alfombra y quieres darle aún más protagonismo, instálala debajo de una mesa de vidrio. ¡Verás cómo se magnifica!
También puedes utilizarla para definir espacios y crear una pequeña isla decorativa para tu mueble favorito.
En la pieza principal
Aquí las alfombras Shaggy cumplen una función de recibimiento y despedida. O sea, serán tu primer y último contacto con el piso antes de meterte en la cama. ¡Qué rica sensación!
Puedes elegir una alfombra tamaño maxi, que salga desde debajo de la cama y se extienda. También utilizar dos, como bajadas de cama en ambos lados, o solo una alargada a los pies.
En la pieza de los niños
Como son tan suaves y mullidas, las alfombras Shaggy son perfectas para los niños, incluso para las piezas de los bebés.
En tu espacio de trabajo
Quienes trabajamos desde casa sabemos lo importante que es que tu pequeño espacio de trabajo se sienta acogedor y apetecible. Y como en casa te puedes tomar algunas licencias que nunca se te ocurrirían en una oficina tradicional, te propongo que te coloques una alfombra Shaggy debajo de la mesa para trabajar descalzo. ¡Todo un placer!
¡En un muro!
Para los más rompedores y atrevidos, una propuesta poco común: ¿qué tal si cuelgas tu alfombra Shaggy de un muro? El efecto es súper entretenido y dinámico, ¿qué te parece?