Seguro que has visto estas cuatro sillas en más de una ocasión:
Suntuosas, curvilíneas, estilizadas… Fueron y siguen siendo referentes en la historia del diseño industrial y en el mundo de la decoración. Pero tienen algo más en común: todas ellas son obra de un mismo artista, el arquitecto y diseñador Arne Jacobsen, uno de los pioneros del diseño nórdico moderno.
Jacobsen, un hombre que empezó siendo maestro de obra, se inspiraba en los grandes para diseñar y proyectar: Le Corbusier, Gunnar Asplund, Mies Van der Rohe... Y, aunque destacó sobradamente en su faceta de arquitecto, algunos de sus muebles son clásicos que aún hoy siguen fabricándose. Auténticas obras de arte. Piezas elegantes, de trabajo sencillo, limpio y, ya por entonces, muy avanzado en diseño y materiales. Por ejemplo, la silla Ant y la número 7. Las dos estaban diseñadas con el asiento y el respaldo en una sola pieza, moldeadas en tableros de madera laminada.
La Ant, o silla Hormiga fue su primera gran obra. ¿Te has fijado? ¡Solo tiene tres patas! Inicialmente las patas eran de plástico, después se sustituyó por tubos de acero y también hicieron una versión con una pata más. Si la miras bien, y con un poco de imaginación, seguro que descubres por qué Jacobsen la llamó así… Él decía que su silla se veía como una hormiga con la cabeza levantada.
Inspirado de nuevo en la naturaleza, diseñó la silla Swan, una de esas maravillas que uno ve y ama instantáneamente.
La creó en 1958 como un encargo especial para las piezas del SAS Royal Hotel en Copenhague y, al esbozarla, la imaginó como un cisne que abraza con sus alas. ¡No tiene ni una sola línea recta! Es seguramente una de las sillas más elegantes y femeninas de la historia… Pero también pionera, ya que fue de las primeras en fabricarse a partir de espuma moldeada, una de las iniciativas del Movimiento Orgánico que tenía por objetivo promover la armonía entre el ser humano y la naturaleza.
Pero el estilo de Jacobsen en su máxima expresión fue otra silla, también diseñada para el hotel SAS. La versión tal vez superlativa o exagerada de la Swan y de seguro su complemento más perfecto y efectivo: la silla Egg.
Remates delicadamente acabados y materiales llevados al límite. Jacobsen se inspiró en el ya entonces conocido sillón Womb, del maestro Eero Saarinen para crearla.
Sin embargo, y aunque su nombre sea menos sofisticado que en las anteriores, la silla más popular de Jacobsen es el modelo 3107, también llamada "Silla Número 7". ¿Se te ocurre por qué?
Si tú tampoco le ves forma de 7 en ninguna perspectiva, ¡no te preocupes! La magia de la silla no es esa… sino que, en su momento, supuso la culminación de la utilización de la técnica de laminación de madera. Sencilla, ligera y estable, la número 7 era fácil de apilar, transportar y almacenar, tal vez por eso se vendieron más de 5 millones de piezas.
¿Has visto la versión homenaje de Homy?