¡Vámonos de tapas!

Las tapas son uno de los rasgos más característicos de la gastronomía española. Hay tapas que son un clásico en las cartas españolas, otras que son más modernas, otras que sólo se hacen en alguna región… No hay normas sobre qué ingredientes se deben usar así que casi cualquier plato puede convertirse en una tapa, siempre y cuando se sirva en una porción pequeña. Tal vez por eso se han hecho mundialmente conocidas y aunque tengan una raíz española les podemos dar un aire local.

Si has estado alguna vez en España seguro que en algún momento, incluso sin darte cuenta, has figurado en un bar tomando “una caña y una tapa”. Sobre todo si has estado en Andalucía o en el País Vasco (donde se dice “ ir de pintxos”). La cultura del bar y la tapa sorprende a algunos extranjeros porque es un ritual en el que casi lo más importante es la verticalidad. Uno no se sienta en una mesa para tapear sino que se queda de pie en la barra o en mesas altas tomándose un vino o una cerveza y la tapa. Cada bar tiene sus tapas estrella, por eso en cada salida hay que ir a varios!

La época en la que se origina la tradición de acompañar la bebida con un pequeño bocado no está clara. Algunos lo remontan a la Edad Media (S XIII), otros a los tiempos de los Reyes Católicos (S XV) y los más actuales ya al S XIX, pero todos coinciden en atribuir la tapa al ingenio de un mesero que en una taberna servía a un Rey. La leyenda dice que, ya fuera para proteger la copa de vino del monarca de las moscas o el polvo, el garzón decide cubrirla con un trozo de jamón. Al terminarse el vino el Rey se come el jamón, lo encuentra exquisito y le pide al mesero otro “también con tapa”. Desde entonces se populariza el servir un poco de comida con el trago.

El término aparece por primera vez en la RAE en 1939 y desde entonces hasta hoy la cultura de la tapa ha evolucionado mucho. Hasta tenemos el día mundial de la tapa, que se celebra el 29 de septiembre.

El verano es el momento perfecto para tapear, porque el ritual no consiste sólo en comer y beber, ante todo es una forma de compartir y conversar con amigos y familia. Aquí en Chile, por ejemplo, yo he preparado en casa tapas de pastel de choclo y chupe de jaiba. Los sirvo en pocillos de greda pequeñitos, como de cuatro o cinco cucharadas. También hago vasitos de quinoa con mouse de palta. Quedan riquísimos! Y las empanaditas o las sopaipillas tamaño coctel son una opción perfecta que suelo acompañar con un pequeño pocillo con pebre de cochayuyo. Un auténtico tapeo a la chilena!

Si quieres darle un aire español aquí te dejo la receta de un clásico de las barras españolas: la tortilla de patata. A disfrutar!

Tortilla de Patata

Ingredientes para cuatro personas:

4-5 patatas medianas o 3-4 grandes

5-6 huevos

Una cebolla

Sal

Aceite de oliva y aceite maravilla

Preparación

En un sartén grande pon aceite maravilla a calentar. El aceite tiene que cubrir hasta la mitad del sartén. Ojo! El tamaño del sartén tiene que ser suficiente para que quepan todas las patatas pero tienen que estar juntas, no debería haber mucho aceite libre. Lo habitual es usar un sartén que tenga el diámetro de un plato llano.
Mientras el aceite se calienta pela las patatas. Las puedes cortar como prefieras: en rodajas, en cubos… yo prefiero cortarlas más en bruto, sin una forma definida y en trozos medianos.
Lava las patatas y ponles un buen puñado de sal para que suelten almidón antes de echarlas en el aceite.
Una vez esté el aceite caliente echa las patatas, muévelas un poco y cúbrelas con una tapa. Añade la cebolla cortada al gusto. Muévelos de vez en cuando. Yo las machaco un poco porque las patatas no deben quedar crujientes sino blandas.
Mientras se terminan las patatas bate los huevos en un bowl. Cuando las patatas estén listas escúrreles bien el aceite, échaselas al huevo y mézclalas con un tenedor.
En el mismo sartén en el que freíste las patatas vamos a cuajar la tortilla.
Primero tienes que quitar el aceite maravilla y limpiar la sartén con una toalla de papel. Ponla al fuego y añade dos cucharadas soperas de aceite de oliva. Cuida que el aceite esté bien repartido por el sartén para que no se te pegue. Cuando el aceite esté caliente añade la mezcla de huevos, patatas y cebolla. Asegúrate de extenderla bien por la superficie del sartén, tiene que tener la misma altura por todos los lados.
Con una espátula ve repasando y redondeando el borde. Mueve el sartén para que no se pegue.
Cuando los bordes estén dorados pon un plato llano encima. Esta es la parte más difícil!!! El plato tiene que ser del diámetro del sartén. Si sobra sartén se te caerá tortilla por los bordes.
Ahora, voltéalo! Te recomiendo que las primeras veces lo hagas encima del lavaplatos por si se te cae! Ahora la parte cruda debería estar pegada al plato. Con mucho cuidado devuelve la tortilla al sartén por la parte cruda y vuelve a darle forma a los bordes.
El punto de cocción es el que tú decidas. Hay gente que la prefiere poco hecha (como yo) y hay otros que la prefieren muy cocida.
Buena suerte y no te desanimes si no te sale a la primera!

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