Buenos días ¡con alegría!

El desayuno es la comida más importante del día, según los nutricionistas. Y lo cierto es que, aunque a veces no le damos la suficiente importancia, el desayuno (o, más bien, la forma de tomarlo) representa un poco de cómo somos. Así, está quien se bebe un café y, sin más, sale de la casa, y hay quien se toma el tiempo de sentarse cada mañana a comer su pan con palta, juguito y té. Las combinaciones son infinitas: pan, dulces, cereales, yogurt, frutas, té, huevos, las sobras de la noche anterior… Por no hablar de las mil y una formas de tomar un café.

Si ese rincón favorito es la cama, te propongo una bandeja con patitas. Cuando la pruebes comprenderás lo maravillosa y práctica que es.

Desayunos en la cama

Hay quienes no les gusta, pero debo confesar que comer en la cama es una de mis debilidades los fines de semana.

Una linda bandejita con un café recién hecho, algo de fruta y, bueno, según lo inspirado que haya amanecido el chef, unos panqueques o tostadas nunca están de más.

Desayunos familiares

Para quienes ya tienen una familia consolidada o comparten departamento, las ocasiones de desayuno en cama seguramente se reducen, así que la opción ideal es una mesa en la que quepan todos, ¡incluso los que lleguen de imprevisto! Llénala de panes, jugos y dulces.

Hazla más informal y divertida con vajilla de distintos colores, y cojines en lugar de sillas.

Desayunos en la ofi

Y bueno, si eres de los que pone cinco alarmas y nunca consigue levantarse a la hora, siempre te queda la opción del desayuno en la oficina. Tal vez no es la ideal, pero un cafecito es necesario para arrancar el día con buen pie.

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